Diseño de bibliotecas más incluyentes y acogedoras

Las bibliotecas son espacios que almacenan el conocimiento para que esté disponible para cualquier usuario, sin embargo, a lo largo de los años se ha disminuido su popularidad debido a su imagen fría y reservada a un público académico, con espacios en los que reina el silencio y se invita al trabajo individual, haciendo que las personas prefieran pasar su tiempo libre en otro tipo de espacios más acogedores como las cafeterías.

¿Cómo diseñar una biblioteca más incluyente y acogedora?

Para diseñar una biblioteca funcional y acogedora, se debe empezar por realizar un estudio de la población que hará uso del espacio. Sandra Monterroso, en su investigación ‘Diseño al servicio de la biblioteca’ menciona que Paola Vidulli recomienda estudiar las necesidades de los usuarios, más allá de los aspectos demográficos, estadísticos, o la evolución sociológica y cultural; ahondar en la información sobre cómo gastan el tiempo libre, y qué necesidades de información y expectativas tienen de la biblioteca.

Posterior a esto se debe buscar que ésta se implante en un lugar cómodo y accesible para el usuario, teniendo en cuenta la accesibilidad para personas con todo tipo de discapacidades; a su vez, que cuente con buenas condiciones de iluminación y con el material necesario para investigar, adaptándose a las condiciones de las diferentes comunidades, tanto rurales como urbanas.

Para hacer que el interior de la biblioteca sea acogedor se debe buscar que el espacio esté libre de obstáculos y molestias, la Fundación Beyond Access, en su guía ‘El diseño de bibliotecas para el resto del mundo: La manera en que Beyond Access está ayudando a los bibliotecarios a rediseñar los espacios de la biblioteca en los países en desarrollo’, aclara que: “cada vez que el usuario tiene que levantarse y pedir algo, pedir permiso o buscar lugares que no conoce, la biblioteca está presentando un motivo para que no la use.” Además, menciona que “las maneras de presentar obstáculos a sus usuarios más típicas y desacertadas incluyen el uso de estanterías cerradas o demasiado altas, información que se conserva en los archivadores o no tener letreros con indicaciones claras.”

La biblioteca además debe incluir espacios con un entorno cálido, muebles cómodos y un lugar especial para que los niños aprendan lean y jueguen. Beyond Access menciona que: “La presencia de materiales sencillos y un lugar para escribir, dibujar y desarrollar la creatividad, dan a los niños las oportunidades de aprender y experimentar por sí mismos, y refleja el mensaje de que la biblioteca recoge todas las formas de aprendizaje, en vez de ser sólo un lugar donde encontrar libros.”

Por último, es importante tener en cuenta espacios en los que se fomente el trabajo en equipo, que sean multifuncionales y adaptables a diferentes actividades dentro de un mismo espacio. Como menciona Beyond Access: “el aprendizaje en el siglo XXI, a menudo se produce en grupo, a través de la colaboración y el intercambio de ideas, y a veces requieren que se haga algo de ruido, que se hagan actividades creativas y usar diferentes materiales que no son sólo libros.”

Al ser espacios en los que se almacena la información y se invita a la búsqueda de ella, las bibliotecas deben ser espacios en los que se fomenta el acercamiento al conocimiento en todas sus formas, con espacios que se adapten a los cambios en las formas de aprendizaje y que faciliten el conocimiento a personas de cualquier edad, con un interior cómodo y acogedor que haga que el usuario quiera permanecer allí, convirtiéndose en espacios de reunión comunitaria en los que se comparte información y se generan ideas.

Escrito por María Camila Cotte, Emotiva Arquitectura.

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