BIOFILIA: Reconectándonos con la naturaleza

Los seres humanos tenemos una conexión directa con la naturaleza que está grabada en nuestra memoria genética, puesto que como lo demuestra Roger S. Ulrich, en varias de sus investigaciones, los seres humanos, como herencia genética de la evolución, tenemos la capacidad de desarrollar respuestas reductoras de estrés y que mejoran nuestro estado físico al estar en contacto con la naturaleza. Es por esto que nos estresamos cuando estamos en espacios confinados y oscuros.

Actualmente pasamos la mayoría de nuestro tiempo dentro de edificaciones y espacios cerrados, muchos de ellos sin vistas ni acceso a espacios naturales, incrementando nuestros niveles de estrés y deteriorando nuestra calidad de vida. Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente un 30% de los inmuebles actuales no ayudan a que el organismo mantenga el equilibrio, dando como resultado la aparición de enfermedades, por eso es vital reflexionar sobre los lugares que habitamos y darle importancia a nuestra relación con los espacios naturales.

La biofilia busca reducir estas problemáticas y mejorar nuestra conexión con la naturaleza.

¿Qué es la biofilia y cómo se aplica a los espacios que habitamos?

El biólogo Edward O. Wilson la define, en su libro ‘Biophylia’, como “la tendencia innata del ser humano a conectar con la vida y los procesos naturales”, argumentando que el ser humano necesita estar en contacto con la naturaleza debido a que esto favorece su buen desarrollo físico y psicológico.

El diseño biofílico busca establecer una conexión directa entre los entornos naturales y el ser humano a través de las edificaciones, reduciendo así el estrés; y mejorando la creatividad, la productividad, y la salud física y psicológica de sus usuarios. Esto se puede lograr por medio de la iluminación, la ventilación, el uso de patrones y formas que evoquen a la naturaleza, el uso de materiales naturales, y visuales hacia entornos naturales, entre otros.

Dentro del diseño biofílico se debe tener en cuenta, además, el respeto por el entorno natural existente, buscando construir espacios sin transformar la naturaleza, adaptando el diseño a las características ambientales, climáticas y topográficas establecidas en un lugar, dando como resultado una edificación sostenible.

Aparte de las edificaciones, los principios de la biofilia también pueden ser aplicados a las ciudades. La experta en bilogía del hábitat Elisabet Silvestre explica que: “No tiene sentido que ahora todos pensemos en irnos a vivir al campo o a un ambiente más rural. Hay que diseñar y proyectar desde un urbanismo más beneficioso para la salud física y emocional”, haciendo visible la importancia del aumento de espacios que nos inviten a la socialización y a la conexión con naturaleza.

Escrito por María Camila Cotte, Emotiva Arquitectura.

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